martes, 25 de mayo de 2010

Comente la noticia




Opinar en público, entraña ciertas responsabilidades.


Es asombroso el número de comentaristas políticos locales (Reino de España) que pululan por Globedia, pero más asombrosas son sus crónicas, hablemos del tema.

En cualquier momento se puede pulsar la tecla oportuna y viajar al mundo de lo increíble, un señor que pone un titular en el que habla, de alguien que hace alusión a su persona, por supuesto a su humilde persona, y acto seguido nos narra sus peripecias y las de su acólito enemigo (adversario, divergente, disidente, etc., etc) que al común de los lectores nos las trae al pairo (termino marinero que implica estar al viento que mejor sople, que no es lo mismo que me la trae floja, aclaro).

Desde que comencé en esto de escribir crónicas políticas, me he propuesto no contestar a nadie, ni hacer comentarios sobre nadie, que escriba en este portal.

Pero un mínimo de pudor - bien entendido - me obliga a comentar el cierto hedor a nauseabundia que producen algunas entradas (post) de Globedia.

Días atrás, uno de esos "escribidores" hacía alusión a una de mis entradas y dejaba su oportuno comentario, claro que el "oportuno" meaba fuera del tiesto, no le he dado la mayor importancia, está en su derecho a disentir, otra cosa son las respuestas que algunos hacen a sus lectores.


-los necios son incapaces de distinguir, entre la ironía, la sutileza, lo sobreentendido, o lo subrealista-


Me hace gracia, me meo de de risa, cuando uno de estos "increpantes" osa comentar con aires de sapiencia algo que había sido escrito en tono irónico o satírico, o simplemente, en plan de guasa.

Los análisis, las reflexiones, la profundización sobre lo que se escribe, corresponde indudablemente a los lectores, otra cosa es lo que opinemos los que escribimos sobre lo que comentan nuestros lectores, que son muy libres de opinar lo que se les venga en gana, en función -obviamente- de su bagaje cultural, de su solera intelectual, de su origen de clase, de su situación socio-política, de sus compromisos con el banco, etc., etc.

Por lo demás, RESPETO, respeto -a lo que y al que- comenta sobre lo que uno escribe, que es lo mismo que se pide a quien te lee.

Mis lectores me votan poco o muy poco, pero me leen con respeto a pesar de todo, por que se que se que muchos de ellos no comparten mis opiniones pero siguen mis crónicas todos los días y les estoy muy agradecido, sobretodo, a los que me envían sus correos manifestando su desacuerdo en tal o cual crónica.

Pero jamás les pondría en la picota.