viernes, 8 de julio de 2011

Perry Mason, Cyrus Vance y el caso Domique Staruss Kahn



El asunto de Dominique Strauss Kahn, sigue revoloteando como pájaro herido, alguien me ha preguntado si yo creía en su inocencia, a lo que he respondido con mi versión a lo Perry Mason, una vieja serie de TV muy popular en los años sesenta que protagonizaba Raymond Burr:
Perry Mason le pediría a Paul (el detective de la serie) que investigara en el hotel Sofitel, en el que encontraría numerosas pistas conducentes a dos hipótesis: por un lado la de la conspiración y por otro la del montaje, ambas piezas fácilmente ensamblables y útiles para el mismo fin; es decir destronar a DSK del FMI y dejar al Partido Socialista Francés sin su mejor candidato frente a Nicolás Sarcozy.

Es bien sabido que los demócratas tienen especial sensibilidad a la hora de tratar atropellos contra la gente de color, (eufemismo que suaviza el termino negros), si a ello le añadimos una mujer, africana y emigrante, tiene todas las de ser una víctima propiciatoria y una excelente carne de cañón para una campaña mediática, de la que saldría beneficiado el Fiscal de distrito en las próximas elecciones, el defensor de los marginados y de los oprimidos frente a los poderosos.

Sólo hace falta un poco de suerte, y el guión de la película es de lo más facilón.


Paul, ha descubierto que la tal emigrante tiene una cuenta corriente con demasiados movimientos y que no es capaz de justificar ni sus ingresos ni sus numerosas llamadas de teléfono, a sus varios celulares, además mantiene una conversación comprometida con un amiguito en la cárcel por tráfico de drogas, al que le cuenta que ha pillado a un pez gordo.

Una compañera de la camarera, le ha contado a Paul, que el cliente en cuestión (DSK) es un guarro, que cada vez que acude al hotel, suele masturbarse por las mañanas para aplacar sus ímpetus sexuales, salpicando el espejo del cuarto de baño, la mujer en cuestión le ha confesado a Paul, que cuando se lo contó a su compañera (la presunta violada) mostró mucho interés por el asunto.

Perry Mason, al recibir la información de su colaborador, retiró los pies de encima de la mesa giró 90º, se incorporó y dijo: no tienen caso, mi cliente es inocente, al salir le dijo a su secretaria: Della, anula tus vacaciones, vamos a estar muy ocupados los próximos meses con la demanda por difamación, daños y perjuicios, contra la señorita Diallo y el fiscal del distrito.

Por cierto Paul, no te preocupes si el fiscal intenta presentar un testigo, debió haberlo hecho el primer día, ahora carece de importancia para el jurado.

Les comento, que en la serie no había ningún negro, es más, Paul era un rubio de tupé, si la serie se rodara de nuevo habría una secretaria y un detective "de color", probablemente el fiscal del distrito sería un puertorriqueño.